En el Congreso se busca aprobar una ley que aumente la presencia de mujeres en la política y abogue por la igualdad real.
por Irene Valiente
BUENOS AIRES.- Este sábado se cumplen 70 años de la promulgación del voto femenino en Argentina, una conmemoración que evidencia una batalla más actual: la que se libra dentro del Congreso para lograr una ley de paridad nacional que aumente la presencia de mujeres en la política y abogue por la igualdad real.
Pese a que la “ley Evita” -denominada así porque la impulsó la ex primera dama Eva Perón, tras años de lucha de socialistas y feministas- permitió que pudieran elegir y ser elegidas en el país, hasta los años 90, la media de diputadas fue de apenas el 6 %.
Esto cambió cuando, en 1991, Argentina fue pionera a nivel mundial y sancionó la ley de cupo, que estableció que las mujeres deben componer al menos el 30 % de las listas de cada formación.
“Los partidos pudieron salir a buscar mujeres, abrirles las puertas que tenían cerradas e integrarlas en las listas nacionales y provinciales. Se produjo un cambio cultural a largo plazo”, cuenta en una entrevista con EFE Lara Goyburu, del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).
Pese a que la presencia femenina en el Congreso argentino se ubica actualmente en un 40 %, la coordinadora del programa de Instituciones Políticas de esta organización sin ánimo de lucro aclara que se produjo un “amesetamiento” y en la actualidad, la ley es un límite más que una oportunidad.
“Lo que era un piso (suelo) se convirtió en un techo”, dice antes de destacar que la participación de las mujeres en el poder legislativo aumentó en número, pero aún existe una división del trabajo y la mayoría se encuentra en comisiones “generificadas” que tratan temas históricamente asociados a ellas, como salud, educación, asuntos sociales, género o familia.
Con ella coincide Raquel Vivanco, candidata a diputada nacional por el Frente 1País para las elecciones legislativas del 22 de octubre, al apuntar a EFE que continúan excluidas de lugares en los que se debaten asuntos “trascendentales”, como los presupuestos.
La también coordinadora nacional del Movimiento Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) señala que en esta comisión no solo es escasa la presencia femenina, sino que, además, hay una evidente falta de perspectiva de género.
Esto se reflejó en el proyecto del Presupuesto 2018 presentado este mes en Diputados y en el que no se contempla ningún plan o política concreta contra la violencia machista en Argentina, donde se produce un feminicidio cada 26 horas.
Por su parte, la candidata a diputada por el frente gobernante Cambiemos Graciela Ocaña apunta a EFE que la incorporación de más mujeres desde finales de los años 90 “ha cambiado” el Congreso y ha puesto el foco sobre asuntos antes arrinconados, como el matrimonio igualitario, legal desde 2010.
Pese a que afirma que todavía hay ciertos aspectos “técnicos” que resolver, Ocaña coincide con Vivanco y Goyburu en la necesidad de dar un paso más y sancionar una ley nacional de paridad 50 %-50 %.
Actualmente, sí existe y se aplica en siete provincias, mientras que, a nivel nacional, hay dos proyectos con media sanción en el Congreso y uno de ellos comenzó a avanzar recientemente.
El problema es que, como apunta Goyburu, esta norma debe ir acompañada de otro tipo de políticas que replanteen los roles femeninos en la sociedad, ya que, por ejemplo, en su mayoría son ellas las encargadas de la familia, tarea que a veces es incompatible con el trabajo parlamentario si este se desarrolla de noche y si el permiso de paternidad sigue siendo de tres días.
Además, el proyecto solo contempla la paridad en el Poder Legislativo, por lo que, insiste, es importante que termine por extenderse al resto de áreas del Estado.
“En el Poder Judicial, las mujeres son mayoría en los cargos administrativos pero a medida que va subiendo la escala, su presencia disminuye. Lo mismo pasa en el Ejecutivo” y “en el sector privado”, afirma.
De hecho, según datos del CIPPEC, aunque el porcentaje de ministras en el Gabinete fue creciendo desde finales de los años 90 -era del 2 % en la Presidencia de Carlos Menem (1989-1999)- hasta llegar al 19 % con Cristina Fernández (2007-2015), ahora, con Mauricio Macri, cayó hasta el 9 %.
“El techo de cristal existe en todos los ámbitos del Estado”, asegura Vivanco, quien rechaza rotundamente el principal argumento esgrimido en contra de la paridad: la llamada “meritocracia”.
“Somos el 50 % de la sociedad, causa suficiente contra este falso debate. Ningún legislador tuvo que rendir examen para representar al pueblo. Quien califica o no la idoneidad es la sociedad, no tenemos que subestimarla”, apunta antes de insistir en que solo a través de estas medidas se garantiza que las mujeres tengan voz y, en definitiva, se puede alcanzar la igualdad a todos los niveles.
EFE.